LA VENTA DE CITGO, PARA QUIEN NO TIENE IDEA

Cualquiera que viva en Venezuela, o siga sus noticias, se habrá dado cuenta de que en estos días parece haber un escándalo por parte de los analistas de fuentes económicas sobre la posible venta de CITGO. Pero la falta de reacción en la “opinión pública”, u opinión en general con respecto a este asunto, me genera angustia y se me hace que solo los que trabajamos en el sector energético estamos haciendo seguimiento al asunto, así que quiero desahogar mi preocupación con ustedes a ver si se las contagio.

Empecemos por el principio: “CITGO Petroleum Corporation” es una empresa filial de PDVSA en EE.UU. que se dedica a la refinación y distribución del petróleo que se produce en Venezuela. Es decir, cuando hablamos de que “los gringos le compran petróleo a Venezuela”, en verdad hablamos –en su mayoría– de petróleo que PDVSA se vende a sí misma para venderles combustible a consumidores finales en los EE.UU.

CITGO tiene participación en seis refinerías en EE. UU.: Lake Charles, en Loisiana; Corpus Christi, en Texas; Lemont, en Illinois, Chalmatte, en Loisiana, Saint Croix, en U.S. Virgin Islands y Sweeny, en Texas. Las tres primeras pertenecen 100 % a PDVSA –a través de CITGO– que suman una capacidad de refinación de 750.000 barriles por día. Las tres segundas son empresas mixtas donde CITGO es socia del 50 % de las acciones; el otro 50 % para cada caso lo poseen los socios ExxonMobil, Hess Corp y ConocoPhillips respectivamente. Juntas agregan una capacidad de refinación que excede el millón de barriles al día (solo contando las acciones de PDVSA).

capacidad de refinacion citgo pdvsa eeuu

 

Además, CITGO posee 48 terminales de distribución en el Sur, Este y Mid-West de los EE. UU., tres oleoductos propios y seis oleoductos en los que tiene participación accionaria. Esa es la manera en la que Venezuela coloca petróleo en el mercado americano, el cual históricamente ha sido el mayor cliente de la empresa nacional venezolana. Aunque esta tendencia haya declinado en los últimos años, aún para 2013 las ventas al mercado estadounidense representaron el mayor ingreso para PDVSA.

Entonces, como podrá ir percibiendo, estimado lector, la venta de CITGO no es cualquier cosa. De hecho, podría uno problematizar al respecto desde varios ángulos. A mí me llaman la atención tres:

1)      Ramírez lo ofrece con desdén

2)      Efecto flujo de caja

3)      Efecto riesgo país

Lo primero es que Rafael Ramírez toma esta decisión sin informarle a nadie. Se está poniendo a la venta un activo de PDVSA, propiedad de todos los venezolanos, sin ningún tipo de consulta. De hecho, la prensa nacional se enteró porque Argus Media, una agencia de investigación y noticias energéticas publicó en su reporte LatAm Energy que el gobierno venezolano había recibido tres ofertas separadas de compra de CITGO a través de Goldman Sachs, JP Morgan y Deutsche Bank. Se vende uno de los activos estratégicos más importantes que tiene Venezuela y aquí no ha pasado nada. Además, lo ofrece con ligereza…  “En el momento en el que tengamos una propuesta que sea conveniente a nuestros intereses, saldremos de CITGO”, ha dicho, estimando que vale “un poco más” de 10.000 millones de dólares. Para colocar una referencia, la deuda que tiene PDVSA hoy en día ronda los 40.000 millones de dólares (y las de la República van por el mismo orden).

Lo segundo es que CITGO es el mecanismo que más divisas le genera a las arcas venezolanas, y demás está decir que es el único esquema sostenible de exportaciones con el que cuenta el país. Se pone a la venta con el cuento del gallo pelón de que lo van a invertir en la Faja para aumentar la producción. Para ilustrar el problema les ofrezco esta joya de gráfico:

metas plan siembra petrolera 2005 2019

Son las promesas que ha hecho el gobierno bolivariano de levantar la producción de petróleo venezolano desde 2005, y que, por supuesto, se siguen haciendo sin éxito alguno. No es por poner en tela de juicio lo que dice el Jeque, ¡perdón!, el ministro Ramírez, pero los números son los números.

Por último, me preocupa con creces que la existencia de CITGO  ha sido harto comentada como la mayor ventaja para la percepción de riesgo sobre el país, lo que afecta sus condiciones financieras en el ámbito internacional. Dado que los activos de CITGO son “embargables”, en el sentido de que no están situados dentro de la frontera venezolana, sirven de garantía a la deuda externa venezolana además de su potencial como productor de petróleo –enfatizo lo de potencial, porque si no se saca no sirve de nada. Tal es así, que en vista del deterioro de las condiciones económicas de Venezuela, pero sobre todo, la posible venta de CITGO, hasta los chinos están empeorando la calificación de riesgo de nuestra patria querida, lo que quiere decir que se encarece nuestra capacidad de endeudamiento externo.

Y ahí, justamente por ahí, parece que vienen las piedras que trae el río. Venezuela enfrenta actualmente un arbitraje (que es como un juicio, pero privado) contra ExxonMobil y ConocoPhillips –sí, los socios de las refinerías que dijimos al principio– en el tribunal de arbitraje del Banco Mundial, CIADI, por un caso de expropiación acá en la Faja. Ayer salió la noticia de que el CIADI ha culminado la fase informativa del caso y que “Se espera que esta instancia de intermediación se pronuncie en forma definitiva por el reclamo de la compañía energética durante el lapso comprendido en los próximos 180 días continuos”.

Es complicado.

Pero así como complicado, es importante, trascendental, para el futuro de Venezuela y parece ser una discusión entre cuatro locos que hablan de petróleo. Mientras tanto, nos hemos distraído con la cortina de humo que supone la bendita tecla del aumento de la gasolina, una cosa que todos sabemos que debe hacerse porque simplemente perdió todo parámetro lógico.

Ya veremos…

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